Estoy totalmente convencido que cuando el ilustre doctor Joseph A. Hynek (aquél que fuera consultor de la Fuerza Aérea estadounidense, consejero de la homónima película de Spielberg y patriarca de la Ufología) creó su ya clásica tipología, intuía que con el tiempo se agregarían nuevas categorías. Pero Hynek era Hynek, y cualesquiera de los que se consideraran herederos intelectuales de él no cuestionaría la validez de esta clasificación, pero harina de otro costal sería toda propuesta posterior, donde el penoso criterio imperante tiene más que ver con las simpatías o antipatías personales que con la metodología.
Repasando entonces la clasificación original, tenemos:
EC (Encuentro Cercano) I (o “de Primer Tipo”): observación de luces nocturnas o naves de día, a distancia.
EC II: Observación OVNI posada en tierra o a menos de cincuenta metros de altura.
EC III: Contacto (físico o visual) con tripulantes.
Pero con los años, debieron agregarse estas categorías (y es donde comienzan las disidencias):
EC IV: abducciones
EC V: experimentos de hibridación genética (contacto sexual) con entidades no humanas.
Y también:
EC IIIb: contacto telepático
EC IIIc: contacto con entidad no asociada a OVNI alguno. (lo que, o bien complica la cosa (según este acápite, un gnomo, por ejemplo, sería un EC IIIc), o la simplifica, si reducimos toda la fenomenología de entidades de cualquier tipo a un solo conglomerado donde el fenómeno OVNI es partícipe necesario).