Basta con una lectura, extensa y atenta, de la casuística ufológica en atención a la línea temporal, para observar dos hechos relevantes, sugestiva y sistemáticamente descuidado por muchos ufólogos:
- A medida que han transcurrido las décadas, el fenómeno OVNI (y su componente extraterrestre o extradimensional) han comenzado a “aproximarse” a las grandes urbes. En un principio, los “encuentros” ocurrían en lugares solitarios (campos, el mar, las montañas) creándose de alguna manera la imagen paradigmática que el hecho más “extraño” debía ocurrir lejos y en zonas particularmente exóticas, mientras que los espacios más “comunes” (arrabales citadinos, por ejemplo) quedaban constreñidos a prosaicos avistajes. Pero al paso del tiempo, como señalé, el fenómeno se “movió” hacia las ciudades, no solamente con avistajes cada vez más frecuentes en las mismas sino que hechos de alta extrañeza (contactos de Tercer Tipo, abducciones, etc.) comienzan a multiplicarse dentro de esos conglomerados urbanos.
- El otro hecho significativo es que además, este vector que comienza a moverse hacia el centro del tejido social cosmopolita también se mueve hacia el centro de la propia naturaleza humana. Pasa a ser irrelevante el hasta entonces estimulante avistaje de “luces” y va ganando complejidad en su manifestación, así como pone el foco de atención en el testigo. En efecto, el “evento OVNI”, sin que esto signifique juicio sobre su naturaleza pero a todas luces evidentemente inteligente, deja de ser algo que ocurre ajeno al testigo, pasa a una fase de reaccionar a la presencia del testigo, continúa a una en que interactúa con el testigo y arriba a una cuarta (¿la última?. No es probable) donde pone, como dije, el foco de su atención y su razón de estar ahí, de manifestarse, en el testigo. Llegando, literalmente, a su propia recámara. Que, en consecuencia, deja de ser testigo y pasa a ser co protagonista.
Cuando los negadores plantean su escepticismo respecto a la inteligencia tras el fenómeno y, mucho más aún, su interacción con el testigo, me gusta exponer un “ejemplo testigo” del cual pueden encontrarse numerosísimos ejemplos en la literatura ufológica.
Horas de la madrugada. Un automovilista, solitario, recorre una carretera de poca importancia, sin ningún otro vehículo a la vista. Sorpresivamente, al pasar frente a un bosquecillo, de éste parte un potente rayo de luz. El automovilista, perplejo y asustado, suele detener su marcha, para observar cómo del monte se eleva una “nave espacial” que rápidamente se pierde en el horizonte. Todo vuelve a la normalidad, y el automovilista sigue su marcha. Luego, relatará el hecho a la prensa, la policía, sus allegados.
Episodio típico. ¿Y qué tiene de particular, dirán ustedes?. El automovilista fue, casualmente, testigo del despegue de una nave alienígena, que estaba hasta ese momento realizando vaya a saberse qué actividades en nuestro entorno y fue “descubierta” así por el involuntario testigo.. Pero lo cierto es que si la inteligencia detrás del fenómeno hubiera tenido interés en permanecer anónima, sólo le hubiera bastado en esperar un par de minutos que el automovilista se alejara, o partir otro par de minutos pero con anterioridad a que el auto pasara por ahí, y nadie se habría enterado. Pero no. Espera, en la soledad de la noche, que el testigo, ese único testigo, llegue al lugar, y entonces, con un espectacular escenario de luces, se pone en evidencia. La simple lógica señala que eso era, precisamente, lo que buscaba el fenómeno o, mejor aún, la inteligencia detrás del fenómeno. Hay una intencionalidad. ¿Y cuál es la misma?. Mi conclusión: esa/s inteligencia/s están condicionándonos, acostumbrándonos, en tanto ente social, paulatinamente en dirección de un Contacto Masivo.
Lo que ahora debemos preguntarnos es si, paralelamente, las fuerzas Vivas de nuestra sociedad (hablo aquí de gobernantes, estamentos militares, políticos, religiosos) son también observadores pasivos de ese proceso o también y a su manera, interactúan en el mismo. Hay dos posibilidades (admitiendo, como petición de principio, que traten de actuar también). (a) que su accionar vaya en dirección de facilitar ese Contacto Masivo. (b) que vaya en dirección de obstaculizarlo.
Aquí, a su vez, podemos hacer estas dos inferencias:
- aa) si tratan de facilitarlo, es porque existe una correspondencia, si no una identidad, de intenciones entre esa Inteligencia Exterior y nuestras, así llamadas, Fuerzas Vivas. De haberla (esa identidad) implica un común denominador. Y, por consiguiente, hay complementaridad (pues de no haberla, sería un obstáculo). Toda complementaridad exige coordinación. Y aquí, coordinación, significa Acuerdo o Alianza.
- bb) Por el contrario, si se trata de entorpecer u obstaculizar dicho Contacto propuesto por la Inteligencia Exterior, ello implica que (1) hubo un contacto selectivo que ha permitido a los responsables de las Fuerzas Vivas saber que el resultado de ese Contacto no es conforme a sus propios intereses; y (2) se ha elaborado un plan, una Estrategia destinada a sembrar confusión y mensajes contradictorios en el tejido social de forma que tenga algún efecto en retardar –o imposibilitar- dicho Contacto.
Llegados aquí, algún lector, de los viejos, de aquellos que vienen leyéndome hace años (sí, hay algunos) puede objetarme: “Pero, Gustavo, entonces, ¿opinas que pronto habrá un Contacto Masivo?. Yo te he leído cuando sostenías lo contrario; que no lo habría y que tal vez pasaran los siglos en este mismo status quo”. En mi defensa: “La postura de un verdadero científico debe ser poner en duda en el desayuno lo que creía firmemente en la cena de la noche anterior” (Alberto Einstein). Y respondo: no sé si “pronto”. No sé si con todas las Inteligencias que vemos manifestarse detrás de estos eventos. Pero sí habrá contacto con “algo” o “alguien” más tarde o más temprano. Porque esa mutación, esa “movilización” del Fenómeno, digamos, de “afuera” hacia “dentro” es la evidencia más clara que ha de ocurrir. Si no hubiera habido cambios, mutaciones, entonces sería esperable que el “status quo” continuara, impertérrito. Pero esa movilidad expresada sólo puede tener como destino final y necesario un contacto Masivo. De qué naturaleza y en qué términos, lo ignoro completamente. Aunque creo que tiene mucho que ver con la resolución de la antinomia de los puntos (aa) y (bb). Y, para complicarles este final: es posible que si se trata de uno o de otro, esa resolución tenga que ver, primero, en cómo finalicen las confrontaciones, bien terrestres y temporales, de las Fuerzas de aquí mismo, ero que desde las sombras, están operando. Las que conocemos como “Hermandad de la Serpiente” y “Hermandad de la Estrella”. En pleno desarrollo de tales confrontaciones (que ahondaremos próximamente) es prematuro aún saber cuál de las dos estrategias se impondrán definitivamente.