Hernandarias: ¿abducción extraterrestre o teleportación?

Hernandarias: ¿abducción extraterrestre o teleportación?

El hecho ocurrió el pasado lunes 22 de mayo, alrededor de las 22.30 hs, en el pequeño y agradable pueblo de Hernandarias, provincia de Entre Ríos, Argentina. El escenario: una familia reunida para comer. Un adolescente de 13 años es enviado a otro sector de la finca para buscar determinados elementos. Al demorarse, un adulto se aproxima a él, para ayudarle a abrir una puerta que presentaba dificultades y, efectivamente, estaba atascada, ocasionando la demora del muchacho. Ese hombre se aboca a forcejear con la puerta, dos o tres minutos, y al darse vuelta comprueba que el chico ya no está. Supone que había regresado con el resto del la familia, pero al hacerlo él mismo, la desazón les invade: nadie lo había visto. Muy preocupados, salen en tropel a la calle a buscarle, cosa que les ocupa algo menos de diez minutos cuando, sorpresivamente, suena el celular. Es el niño que, desasosegado, les dice que no sabe cómo llegó a una “garita de colectivo”. Describe el lugar y en el ínterin, la policía –que ya había sido alertada- tomando conocimiento, identifica el lugar y va a buscarlo. El jovencito no entiende qué le ha ocurrido. Sólo sabe que estaba a espaldas de su pariente cuando “lo ciega una luz muy fuerte”, escucha “un ruido como chistido o chasquido” y aparece en el lugar donde en definitiva se le encuentra. El caso trascendió en horas, y la primera teoría echada a rodar por quienes confiaban en su relato (porque mejor no hablar de los mediocres que, desde su ignorancia o desconocimiento sólo tienen insultos y agresiones verbales que creen humorísticas para con esta familia, sin detenerse a considerar cuánto puedes afectarles esos desplantes) es que se habría tratado de un “secuestro OVNI”, fenómeno conocido como “abducción”. En nuestro caos personal, como integrantes de las organizaciones locales Instituto Planificador de Encuentros Cercanos (IPEC) y Club del OVNI, tomamos las medidas para recabar más información e investigar el caso. En estos momentos, nuestro corresponsal, Emanuel Giúdice, está tomando los recaudos que nos permitan entrevistar a esta familia que, por lo que sabemos, apenas transcurridas veinticuatro horas enfrentan el escarnio de los desconsiderados. Sabemos, empero, que se trata de gente reputada seria y respetable, nada amiga de enredarse en situaciones escandalosas. Sabemos también que el padre del adolescente quería mantener reserva sobre los hechos, pero se filtró, ya sea por parte del personal policial interviniente, ya sea por parte del personal médico, pues el joven fue llevado a presencia de los mismos para su inspección forense. Sabemos que el niño está aterrado por lo ocurrido. Hasta aquí, la descripción de los hechos nos permite –aceptando su verosimilitud, ratificada por el propio Jefe de Policía local, Diego Wasinger- suponer, con carácter provisorio, otro fenómeno, éste parapsicológico y con muchos antecedentes: el de teletransportación. Se llama así a un espectacular pero documentado fenómeno que consiste en la desmaterialización de una persona en un punto dado y su aparición en otro. En efecto, ¿por qué suponer la intervención de una presunta nave extraterrestre?. Sería de tal forma si el protagonista describiera haber sido trasladado al interior de una nave, u otros testigos uhiberan visto a la misma. Pero aquí el niño sólo ve “una luz”, y eso no alcanza para etiquetarlo como OVNI. En efecto, y como suelo decir: vemos una luz brillante con comportamiento extraño en el cielo y decimos: “¡Oh!. ¡Eso es un OVNI!”. Vemos una luz brillante con comportamiento extraño en un cementerio y decimos: “¡Oh!. ¡Eso es un espíritu!”. Y lo único cierto, en ambos casos, es que hemos visto una luz brillante con comportamiento extraño. La “explicación” es sólo una especulación nuestra. En este caso, efectivamente, el niño ve una luz. Atención: el niño dice verla, no así el adulto que lo acompañaba. Otrosí digo: si hubiera habido allí una “nave”, la luz tendrían que haberla visto ambos. Pero no. Sólo dice verla el protagonista del episodio. ¿Qué es una teletransportación?. ¿Cómo se produce?. Existen dos suposiciones. Una, apelando a los habituales anomalías espaciotemporales del universo que nos rodea, es que episódicamente se abren “vórtices” o “portales” por donde inadvertidamente puede pasar una persona, apareciendo en otro lugar… u otro tiempo. La historia está repleta de ejemplos. Individuos que ingresan en un “corro de hadas” en el bosque y al regresar a su pueblo por la mañana comprueban que han pasado treinta o cuarenta años. Automovilistas que ingresan en un “banco de niebla” y aparecen en otro país. Los ejemplos sobran. En este particular, el peritaje forense encontró al niño en perfecto estado. En casos de abducción, salvo rarísimas excepciones, suele haber intrusismo fisiológico: punciones, cardenales, dilatación de orificios naturales del organismo. Además, nada sabemos del tiempo transcurrido entre la desaparición y la aparición, ciertamente, pero ello no es argumento suficiente para suponer el secuestro. En la medida que las gestiones de nuestro corresponsal en Hernandarias prosperen (porque me temo que el verdadero estrés para esa familia comenzará ahora, por lo que nuestra recomendación es “enfriar” un tiempo el caso, quizás dejando la localidad por unas semanas si fuera posible) propondremos el necesario paso siguiente: la hipnosis regresiva del sujeto. Ya que si en ese estado describe episodios de tipo abductorio, entonces, sí, deberemos rectificar nuestra opinión. Hasta entonces (porque es obvio que el tema no lo damos por agotado en esta nota) sospechamos fuertemente la ocurrencia extemporánea e involuntaria de una teletransportación o teleportación.

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