Algo se mueve sobre la superficie del planeta rojo. Y no es ninguno de nuestros artilugios tecnológicos allí destinados para espiar la geología o algo más de nuestro vecino cósmico. Algo nos observa y espera –quién sabe qué, quién sabe desde cuando–, algo o alguien que se ha extendido, tal vez proveniente de otros cuerpos celestes, tal vez autóctono, por encima y por debajo de su superficie. Algo sospechado desde hace siglos, intuido por científicos y espiritistas en iluminaciones geniales desde el siglo pasado, escarnecido por la prensa autoproclamada «seria», caricaturizado en «comics» o historietas de dudosa calidad y ocultado por los gobiernos, los militares o los verdaderos «gobiernos» de este mundo, esos poderes que se mueven en las sombras. Y acostumbrados a codearnos con el misterio, la probabilidad de que las fantasías más cotidianas de nuestros baratos sueños cienciaficcionescos encuentren su materialización al otro lado de los brazos electrónicos que estiramos hacia nuestro rojo vecino comienza a semejarse a una portentosa realidad.
De lo que estamos hablando, es que algo inteligente se mueve y opera sobre la superficie marciana. Si civilización autóctona, base alienígena para repostar OVNIs o ex-terrestres autoexcluídos de los últimos nueve mil años de Historia humana, talantes nómades en busca de nuevos planetas sin mares deglutidores de continentes, es tema de discusión. Ciertamente, quien más quien menos indaga en este misterio tiene su opinión formada, y la mía –me adelanto ante la curiosidad del lector– es que alguna cultura extraterrestre allende el sistema solar ha establecido en nuestro vecino una avanzadilla, una base de seguimiento remoto de nuestros progresos cósmicos. Y sí: en esta época de escépticos profesionalizados y revival de ovnis terrestres, chinos, nazis devenidos en intraterrestres o yanquis mundanos, sigo teniendo mi corazoncito muy cerca de la Hipótesis Extraterrestre así como de la Extradimensional. Creo que ambos orígenes están detrás del segmento de los «no identificados». Y así como en otras ocasiones he escrito sobre los OVNIs como vectores entre dimensiones, en este caso las anomalías en Marte alimentan mi certeza de que también de Allá Afuera nos están vigilando.
De cualquier forma, este trabajo no busca –no por ahora, cuanto menos– desarrollar una teoría sobre bases extraterrestres en Marte. Simplemente, mostrar algunos documentos –algunos de ustedes los conocerán, otros seguramente no– que ponen de manifiesto una intensa actividad inteligente sobre Marte. Junto a los «fenómenos transitorios lumínicos» (lindo eufemismo) observados y registrados tanto sobre la Luna como en las proximidades de la atmósfera terrestre, todo ello en conjunto conforma un bagaje de enigmas que, no lo dudo, caracterizarán la pasión por el misterio de las incipientes generaciones. Como abono a esas emociones, compartamos el siguiente material.
¿RUINAS «MAYAS» EN MARTE?
El investigador Holger Isenberg viene reconsiderando las fotografías que la NASA publica en sus páginas oficiales, habiendo anunciado ya en noviembre de 1999 lo que él considera las ruinas de una ciudad «con típicas características mayas». Así, nos facilita estas fotografías y sus subsecuentes análisis, captadas en la región de Ofir Chasma, donde se pueden apreciar ciertas características del terreno com similitudes de «pirámides escalonadas» y asimismo, entre otros detalles, una ruina semicircular.
En 1987 los rusos anunciaron un vuelo de exploración a Marte a efectuarse en 1988. Del cosmódromo de Baikonur (Kazakhistan) fueron lanzadas, el 7 y 12 de julio de 1988 dos sondas gemelas denominadas Phobos 1 y Phobos 2. Se trataba de una exploración automática con el objetivo de realizar una exploración orbital más profunda que las precedentes, una misión única en su género. Del programa Phobos formaron parte científicos de 12 países europeos incluídos algunos occidentales .
El 5 de setiembre, a 60 días del lanzamiento –según la versión oficial de aquel día– seguido a un error de comando en Tierra, y la consiguiente reubicación de los paneles solares, Phobos 1 se perdió en el espacio. Phobos 2 intenta entrar en órbita a Marte el 29 de enero de 1989. Nuevamente se registraron problemas a bordo: algunos canales de la cámara de TV no funcionaban y el cañón iónico francés no funcionó al abrirse la compuerta. Similarmente a la Phobos 1, Phobos 2 debía usar el láser para estudiar la composición química de Phobos (uno de los dos satélites de Marte) y para hacer aterrizar (sobre Phobos) a dos pequeñas naves que examinarían la superficie del satélite.
«Cara» sobre superficie de Marte
Esel famoso rostro de Cydonia, al que vanamente se trató de «explicar» como una pareidolia de luces y sombras, difundiendo fraudulentamente en la opinión pública imágenes manipuladas que no figuran en los archivos originales d ela NASA. Correcciones hechas por distintos investigadores reconstruyendo su «aspecto original» muestran una versión muy distinta.
En órbita por 57 días, registró la presencia de vapor acuoso en la atmósfera de Marte. Logró enviar a Tierra una serie de fotos de Marte y del satélite Phobos. Entre las imágenes transmitidas, Phobos 2 envió a Tierra la increíble foto de una enorme estructura similar a una ciudad. Se trata de la llamada «Metrópolis Marciana» transmitida dos horas antes que se pierda la comunicación de radio-TV con la sonda .
«Ciudad» marciana
La estructura similar a una ciudad es particularmente fascinante. Tiene una amplitud de unos 60 Km y podría fácilmente confundirse con un área como Los Ángeles., las líneas que se ven tienen un largo de unos 4 Km y aparecen también un infrarrojo, lo que significa que emiten calor.
Esto nos deja verdaderamente perplejos, considerando que Marte tiene una atmósfera extremadamente fría, compuesta por dióxido de carbono, no obstante, hay que notar que la longitud de la sombra depende sobre todo de la altitud del sol sobre el horizonte. Con el sol en el poniente o en el alba, también formaciones geológicas como Ceraumus, Tholus, Hecates Tholus, Apollinaris Patera, Alba Patera, de entre dos mil y siete mil metros respecto a la llanura circundante, pueden proyectar sombras de decenas de kilómetros. Hay que precisar, en todo caso, que ninguna de las montañas marcianas más notables se encuentra en la región del objeto misterioso. Se habló de una sombra proyectada por una nube, pero como la precedente, se trata de una tesis insostenible. La sombra en cuestión, así como la más famosa «cara» de Marte, fue fotografiada dos veces en distintos días (¡la segunda foto de la «cara» fue tomada 35 días después!).
La longitud fue calculada en 20 ó 30 kilómetros, pero la posición no cambió: las nubes que de tanto en tanto oscurecen la muy rara atmósfera de Marte, se mueven a muy alta velocidad, por lo que resulta improbable que un sistema nuboso permanezca estacionario.
Según algunas fuentes habría una tercera foto que los rusos no han revelado al público. En ésta, según lo declarado por John Beclake, se veía algo que no debía estar allí y que se estaba precipitando sobre la sonda. La revista científica Nature del 19/10/1989, publicó algunos reportes técnicos soviéticos respecto a la misión Phobos 2, donde se señala la imprevista pérdida da la sonda atribuida a un daño o al hecho de que la misma pudo haber sido golpeada por un objeto misterioso. Las operaciones siguientes, luego del ingreso a la órbita marciana eran aquellas de transferirse a la órbita de Phobos, por lo que se procedió a tal fin, sin embargo, apenas la sonda intentó acercarse al satélite, las transmisiones se interrumpieron misteriosamente. Era el 27 de marzo de 1989.
La explicación oficial expresó que la causa eran defectos en el instrumental de la cámara fotográfica. Esto es lo que se desprende de la declaración del científico ruso Sagdeev, director científico de la misión Phobos, en una entrevista concedida a la revista rusa Priroda (naturaleza) y publicada también por el periódico americano Sky & Telescope de febrero de 1990 .
Detalladamente la explicación refería que la pequeña nave falló al girar la antena principal hacia la Tierra, luego de haber sacado una serie de fotos de Phobos. Poco después, se perdió todo contacto.
Otra explicación brindada por la agencia de prensa oficial soviética TASS ,se expresaba en estos términos: Un objeto desconocido se acercó a la sonda antes de perderse el contacto con el control de Tierra. Por su parte el Dr. John Beclake, afirmó que Phobos 2 fue probablemente golpeado por un pequeño pedazo de roca que se encontraba en la misma órbita. Pero, en este caso, no entiendo por qué motivo los rusos no quieren mostrar a nadie las imágenes filmadas.
El objeto misterioso es una elipse alargada que proyecta una sombra larga de unos 26-30 Km y 1,5 Km de ancho, sobre la superficie rocosa de la región de Arsia Mons. La sombra es perfectamente regular, una especie de cigarro largo de contornos nítidos.
La autoridad científica soviética emitió dos documentos, dos fotos publicadas el 29 de marzo (refiriéndose a los hechos del 26) por el noticiero Vremja (tiempo).
En la segunda foto de la elipse aparecía con una longitud de 20 Km. La perfección insólita de la sombra asombró al comentarista al punto de definirla como inexplicable y no atribuida a ilusión óptica. Que no se trata de una ilusión óptica está muy claro: la imagen fue registrada tanto en la cámara óptica como en la cámara de búsqueda calórica (infrarroja). En una declaración los técnicos soviéticos dijeron que imágenes netamente definidas en los bordes, aparentemente más regulares de lo que podría aparecer de tratarse de fenómenos naturales.
Se está avanzando en algunas hipótesis para explicar el fenómeno. Se ha dicho al respecto que podría tratarse de la sombra de una cima marciana muy elevada. Entre las mayores cimas, del género de los volcanes, que pueden proyectar sombras de tales dimensiones, encontramos: el Olimpus de 24.000 m (3 veces el Everest), el monte Ascraesus, Pavonis y Arsia de 19.000 m aprox., y el Elysium de 15.000 m. Sin embargo, algunos expertos soviéticos coincidieron en que la sombra era seguramente proyectada por algo en el cielo, dado que los picos y los valles son claramente visibles abajo. El ya citado Dr. Beclake comenta: «No tengo dudas de que es una sombra, ¿pero la sombra de qué?.»
Otra hipótesis es que podría tratarse de una nave alienígena. La piloto soviética Marina Popovic, coronel de las fuerzas armadas soviéticas –piloto condecorada, experta en aerodinámica y cosmonáutica, ahora pensionada– repetidamente mostró en los Estados Unidos (en TV y conferencias) (6) una foto tomada en las cercanías de Marte por la sonda Phobos 2, tres días antes (25 de marzo) de la interrupción de las transmisiones .La foto en cuestión reproduce un objeto misterioso de forma alargada (forma de cigarro), algo aerodinámica y de extremidades redondeadas, de unos 25 Km de largo. Popovic dice que la foto se la dio un alto oficial del programa espacial soviético. En la foto, el objeto aparece bajo una mancha de luz de forma irregular que aparentemente es Phobos (el satélite). Tres días después de transmitir la foto la sonda desaparece, las razones de la desaparición son desconocidas afirma Popovic, y sugiere que un posible flash de radiación, proveniente del objeto fotografiado por la sonda, le causó averías que la hicieron perder en el espacio .
Parecería que el primer objeto y el segundo son la misma cosa, o mejor dicho, que el primero sea la sombra del segundo.
Vale decir también que sobre Marte existen otras muchas estructuras que se pueden juzgar como artificiales, capturadas en imágenes cuatro veces por distintas sondas. Estas forman parte de una documentación (recolectada por quien escribe) de proxima publicación, resultado de un decenio de investigaciones.
La mayor parte de los centros que gravitan en torno a la ciencia oficial, toman a priori por buenas todas las afirmaciones de la NASA, y han repetido todo aquello que según metodologías no científicas la NASA ha dicho (¡muchas veces contradiciéndose!) durante veinte años. Si en toda esta maraña de conjeturas se intentara hilvanar algo, se encontrarían siempre resultados negativos. También la ESA, en la persona de Gabriele Vanin, exponente de la «Unione Astrofili Italiana», escribió que «la cara de Marte» es una «pequeña altiplanicie en una meseta escalonada», según afirmaciones (reportadas nada menos que en «El atlas geográfico del Universo», 1998), dicho está, que el dato proviene de las observaciones de la MGS con una resolución de sólo 4 m.
Lo hasta aquí descripto truncaría la posibilidad que las cosas puedan de algún modo cambiar. Ciertamente es posible hacer una consideración: «aceptar la ciencia del príncipe no significa hacer ciencia, solamente significa obedecer a un comando». «Y si no se liberan los Hombres, no podremos esperar alguna ciencia digna de dicho Hombre».