¿Evidencia física de un portal en el Uritorco? Análisis fotográfico del artículo por Marcelo Metayer (periodista y fotógrafo)

¿Evidencia física de un portal en el Uritorco? Análisis fotográfico del artículo por Marcelo Metayer (periodista y fotógrafo)

IMPORTANTE: este trabajo del amigo Marcelo Metayer (yomarce@gmail.com), investigador, periodista y fotógrafo profesional, sobre la foto del “portal del Uritorco” (http://ipec.com.ar/evidencia-fisica-de-un-portal-en-el-uritorco/) es para que nuestros lectores accedan a todas las miradas posibles sobre este evento y saquen sus propias conclusiones.»

Acerca de la imagen del «Portal del Uritorco»

Antes que nada, pido disculpas por la tardanza en elaborar estas líneas. Estuve esperando un tiempo prudencial para ver si conseguía más fotos de esa noche, pero Josep González, el autor de las instantáneas, nunca me respondió los mensajes. Gustavo me había aclarado que el amigo español no es una persona que le presta mucha atención a Facebook, pero de todos modos creí que podría contactarlo. Así que más de un mes después de haber visto las fotos en la página del IPEC, de revisarlas, de examinar sus datos EXIF y de modificar sus parámetros de brillo y contraste, voy a intentar explicar por qué no creo que la imagen (en realidad las imágenes, ya van a ver por qué) del presunto portal no son tales, sino el resultado de un efecto óptico poco conocido.

Cuando vi la foto del “portal” por primera vez quedé alucinado. Soy fanático de lo que sucede en Capilla del Monte, tanto de lo esotérico y ufológico como de lo social. He estado varias y veces y como la gran mayoría que acudió allí he visto cosas que a priori no pueden ser explicadas de una manera “científica”. Por todo eso, la imagen me fascinó desde el primer momento y enseguida la bajé a mi computadora, junto con las otras fotos del artículo y me puse a examinarlas. Lo primero que me llamó la atención en la foto del “portal” (imagen 2 a) fue la simetría perfecta de la manifestación: de hecho, los círculos de color tienen su centro en el centro geométrico del rectángulo de la imagen. Como si el fotógrafo hubiera encuadrado con eso en la cabeza, cuando en realidad sabemos que no vio nada cuando tomó la foto de larga exposición. Entonces me fui a ver la otra imagen, la anterior, registrada 4 minutos antes. A primera vista sólo se ven las estrellas, con Orión fácilmente reconocible en la región inferior, y una mancha roja que presumiblemente fue el rastro de un dedo sobre la lente, en el extremo inferior izquierdo (imagen 1 a). Abrí las dos imágenes en Aurora HDR, un programa que permite “levantar” las sombras extremas, entre otros detalles.

Y he aquí, como pueden ver en la imagen 1 b, que también hay círculos de color, pero mucho más sutiles, como podemos inferir del hecho que se utilizó la misma exposición que en 2 a pero la manifestación era originalmente invisible. Aquí son importantes tres cosas que se ven al compararlas con 2 a. Primero, que los círculos son distintos. No tienen la misma distribución de los colores ni el mismo radio. Pero, en segundo lugar, también son concéntricos en relación al centro de la imagen, lo cual me pareció rarísimo. Y el tercer punto fue el más obvio, el que me hizo suponer que estaba lidiando con un fenómeno físico interno del dispositivo de toma y no de otra clase, es que, si comparamos las dos fotos, las estrellas están en distintas posiciones. A la imagen del “portal”, la 2 a, también la pasé por el mismo software para exagerar los contrastes de color. Comparémosla con la primera.

A la izquierda la imagen 1 b, pasada por HDR y con Orión destacada por la línea amarilla. A la derecha, 2 b, la foto del “portal” en HDR. Vean dónde está Orión. ¿Qué significa esto? Que Josep entre una imagen y otra no ha variado sus parámetros de toma (exposición, ISO, diafragma) pero sí el encuadre. Dicho en criollo, apuntó para otro lado. Entonces, si los círculos de color fueran un fenómeno exterior a la cámara, también deberían haberse desplazado. Eso me dio la pauta de que la respuesta debería estar en algo interno: un problema de lente, de sensor, o una combinación de ambos. Una cosa que pensé fue que quizás el fotógrafo no movió la cámara y lo que se desplazaron fueron las estrellas. Pero en cuatro minutos no hay tanto movimiento en el cielo. Vean estas capturas de pantalla de Stellarium, el soft de emulación del cielo o planetario virtual que uso permanentemente.

A la izquierda, el cielo a las 23.40. A la derecha, a las 23.44. Las diferencias son mínimas. Hago entonces un resumen: el fotógrafo tomó al menos dos imágenes en las que aparecen unos círculos de colores cuyo centro coincide con el centro de la imagen, aunque el encuadre se haya desplazado. Digo “tomó al menos dos” porque, insisto, no pude acceder a otras fotografiáis de esa noche. Entonces la cuestión es qué pudo haber provocado esas manifestaciones en las fotos que por lo demás son muy poco comunes. En todos estos años es la primera vez que las veo. La única respuesta que tengo hasta ahora es que se trata de anillos de Newton, un fenómeno que intentaré explicar en pocas palabras. Los anillos de Newton fueron llamados así porque el ilustre físico y matemático británico Isaac Newton los analizó en 1717. Se trata de un patrón de interferencia causado por la reflexión de la luz entre dos superficies, una curva y la otra plana. No voy a repetir la ecuación que los describe; sólo diré que es un fenómeno que aunque en fotografía es bastante inusual solemos ver sus derivaciones a menudo en las manchas tornasoladas que aparecen en el aceite de motor volcado en piso o en la superficie de las burbujas de jabón. La cámara que se utilizó para estas tomas es una Casio Exilim EX-FH100, que consta de un zoom de 10 aumentos, formado por 11 lentes u elementos ópticos. Esta cámara es de tamaño compacto, por lo que estas 11 lentes están muy cerca unas de otras. Mi conclusión sobre este caso es, entonces, la siguiente: 1. Al estar los círculos coloreados ubicados en ambas tomas, concéntricos con respecto al centro de la foto, inamovibles aunque se haya cambiado el     encuadre, el fenómeno óptico pertenece al dispositivo de toma, no es externo a él.2. El único comportamiento de la luz que puede explicar estas imágenes es de los llamados anillos de Newton, que pueden ver favorecida su aparición por lo compacto del zoom de la cámara y la cercanía entre sí de las lentes que lo componen. Eso es todo, al menos mientras no tenga más imágenes tomadas en el Uritorco aquella noche de noviembre del año pasado. Gracias por leer hasta acá. Saludos. Marcelo Metayer Periodista y fotógrafo La Plata 19 de marzo de 2018 PS: No obstante todo lo anterior, tengo un detalle para agregar con respecto a la foto original del “portal”. Como dije antes, se ve con claridad la constelación de Orión en la región inferior. Las “Tres Marías”, las estrellas del cinturón de Orión, en nuestro hemisferio nos llevan hacia la izquierda a Aldebarán (alfa del Toro) y hacia la derecha a Sirio, la estrella más brillante del cielo, alfa del Can Mayor. Pues bien, en esta foto, debajo de Sirio se ve un punto de luz que no tiene explicación alguna. Se puede observar esto en las capturas de Stellarium: no había ningún planeta en ese lugar, en ese momento. Si hubiera sido un bólido (nombre apropiado para que en general se denomina meteorito), la exposición de 30 segundos lo hubiera convertido en una línea brillante. Y si se hubiese tratado de una luciérnaga (sé por experiencia del lugar que suele haber muchas), la línea en este caso hubiera sido “de puntos” (es decir, entre cortada). Así que insisto: ahí hay algo anómalo.  

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